Una noticia alentadora para el sector energético argentino. El gobierno de Javier Milei ha logrado normalizar el suministro de gas, poniendo fin a la situación de emergencia que afectaba tanto a las estaciones de GNC como a diversas industrias en todo el país. Esta estabilización representa un paso crucial para la economía y la vida cotidiana de miles de argentinos.
La red nacional de transporte de gas, que había operado bajo un estado crítico, ahora reporta presiones estables tanto en sus gasoductos como en las estaciones de regulación. Ante este panorama de mejora, el Comité de Emergencia –un organismo clave que agrupa a transportistas, empresas distribuidoras, el ENARGAS, la Secretaría de Energía, CAMMESA y ENARSA– ha decidido cesar sus operaciones. Esta resolución no solo indica el fin de la crisis inmediata, sino que también autoriza el restablecimiento progresivo del servicio en los puntos afectados.
Durante días, la incertidumbre y las restricciones generaron inconvenientes significativos, desde largas filas en las estaciones de GNC hasta la paralización de actividades productivas en el sector industrial. La escasez de gas no solo impactó directamente en los costos operativos de las empresas, sino que también afectó el transporte y la logística, generando un efecto dominó en diversas cadenas de valor. La decisión de normalizar el suministro, aunque parcial inicialmente, es un alivio esperado y una señal positiva para la recuperación económica.
Este logro se atribuye a una serie de medidas y gestiones coordinadas, aunque el camino hacia una estabilidad energética plena aún presenta desafíos. Sin embargo, este primer gran paso permite retomar el ritmo en sectores vitales y brinda mayor certidumbre a los consumidores y empresarios.