ALERTA JUJUY – En medio de una de las crisis de identidad más profundas que atraviesa el peronismo jujeño, la diputada nacional camporista y protegida de Cristina Fernández de Kirchner, Leila Chaher, decidió hacer política a 6 mil kilómetros de distancia, justo cuando en su provincia se define quiénes encabezarán las boletas del PJ.
Mientras en la provincia el PJ apenas logra articular una oposición testimonial, la legisladora se encuentra en la Ciudad de México participando del II Congreso Panamericano de Parlamentarios, acompañada por dirigentes del peronismo nacional. Desde allí prometió “contar la situación de crisis socioeconómica que atraviesa el país” y denunciar la “proscripción” de Cristina Kirchner.
El dato no es menor: a dos semanas del fin el plazo para oficializar candidatos y tres meses de las elecciones legislativas del 26 de octubre, Chaher busca renovar su banca mientras se cocina una interna feroz en el justicialismo jujeño. Adrián Mendieta también quiere ser candidato, y en paralelo, Rubén Rivarola —cada vez más distanciado de la estructura partidaria— tantea la posibilidad de jugar por fuera, ya sea con Pedro Belizán o con su propio hijo, el diputado provincial Cristian Rivarola, como carta nacional.
En este contexto, la foto con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, sirve para el álbum, pero difícilmente aporte algo a la reconstrucción de un PJ provincial que no encuentra ni liderazgos claros ni un rumbo definido. Desde la capital jujeña hasta las alturas del DF mexicano, parece que el peronismo local sigue más enfocado en las agendas personales que en reconstruir un proyecto colectivo.